Provincia de Teruel

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Tras la muerte de Fernando VII, el Real decreto del 30 de noviembre de 1833, inspirado y firmado por Javier de Burgos, estableció una nueva división provincial de España, a la postre la definitiva, que mantendrá su vigencia, con algunos retoques, hasta nuestros días. Aragón quedaba dividido en tres provincias: Huesca, Zaragoza y Teruel. El antiguo corregimiento de Teruel, incluyendo al Alto Jiloca, adquiría una posición central en la nueva administración, mientras que el corregimiento de Daroca se fragmentaba entre las dos provincias.

Al frente de cada provincia se constituyen las Diputaciones Provinciales, formadas por representantes de los municipios que integraban la nueva administración, y también un Gobierno Civil, controlado directamente desde Madrid a modo de intermediario entre los Ministerio y los ciudadanos. La Diputación Provincial de Teruel se reúne por primera vez en noviembre de 1835 .

Primera delimitación provincial

Según el citado decreto, el límite norte de la provincia de Teruel “empieza en la línea divisoria de Aragón y el partido de Molina, al S. De Pozuelo, sigue al S. De Monreal, quedando estos pueblos para la provincia de Zaragoza; a buscar el río Pancrudo entre Cutanda y Navarrete, dejando éste para Zaragoza y aquél para esta provincia; sigue por la línea divisoria de aguas de las montañas que están al N. De Nuestra Señora de Pelarda, siendo sus últimos pueblos Piedrahita, El Collado y Bádenas”.

Esta delimitación era muy diferente de la que encontramos ahora. La sierra de Cucalón quedaba incluida en la provincia de Teruel, en su límite más septentrional, mientras que Navarrete y el valle del Jiloca al norte de Monreal, la antigua Sexma del Jiloca, pasarían a formar parte de Zaragoza.

El 27 de marzo de 1834 se cruzan unas comunicaciones los subdelegados encargados de poner en marcha los nuevos órganos provinciales de Zaragoza y Teruel, insistiendo en la fragmentación del partido de Daroca entre ambas provincias incluyendo el valle del Jiloca desde Monreal del Campo en la de Zaragoza. Quedaban adscritos a la de Teruel 39 municipios: Almohaja, Alpeñés, Allueva, Anadón, Badenas, Bañón, Blesa, Cervera, El Collado, Corbatón, Cortes, Cosa, Cuevas de Portalrubio, Cutanda, Fonfría, Godos, Huesa, Josa, Maicas, Mezquita, Monforte, Muniesa, Nueros, Ojos Negros, Pancrudo, Peracense, Piedrahita, Plou, Portalrubio, Rubielos de la Cérida, Rudilla, Salcedillo, Segura, Singra, Torrecilla del Rebollar, Torre los Negros, Villafranca, Villar del Salz y Villarejo.

La implantación de los partidos judiciales

El 21 de abril de 1834, un nuevo decreto disponía la división de cada provincia en partidos judiciales, siguiendo a grandes rasgos las subdivisiones de los corregimientos. A la provincia de Teruel se le adjudicaron los siguientes partidos: Albarracín, Alcañiz, Aliaga, Calamocha, Castellote, Hijar, Mora, Segura, Teruel y Valderrobles.

Como vemos, se creaba un partido judicial con centro en Calamocha, recogiendo parte de la antigua Sexma del Jiloca, y se le adscribe a la provincia de Teruel, cambiando de provincia a muchos pueblos que por el decreto de 1833 estarían integrados en Zaragoza. La mayor parte de los pueblos de la Sexma de Barrachina (Bañón, Barrachina, Fonfría, Nueros, Torre los Negros, etc.) quedaron adscritos al partido judicial de Segura .

Bibliografía

  • Redondo Veintemillas, Guillermo (1986): "Notas sobre los orígenes de la Diputación Provincial de Teruel", en Encuentro sobre historia contemporánea de las tierras turolenses. Actas. Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, p. 93-110.