Ojos del Jiloca
Los "Ojos" o manantiales del Jiloca son una serie de grandes afloramientos de agua que han sido utilizados tradicionalmente para el riego. El topónimo popular de “ojo” hace referencia a la forma en que el agua surge del manantial. Normalmente aparece como un grupo de manantiales de aspecto cilíndrico u ovalado, alrededor de las cuales se amontona el sedimento y crece la vegetación. A su vez, los manantiales aparecen interconectados por una red de canales de anchura y profundidad variable, formando en su conjunto una red muy característica. La profundidad de estas zonas puede llegar a ser de varios metros.
El origen de estos grandes manantiales es geológico. Las montañas y depresiones que configuran el valle del Jiloca actuan como un gran sistema de captación hídrica y circulación de aguas subterráneas. Las lluvias de las sierras se infiltran, descienden al valle y circulan por el subsuelo aprovechando la existencia de litologías permeables. Cuando encuentran algún obstáculo en forma de capa arcillosa, vuelven al exterior, apareciendo en estos casos una fuente o manantial natural. Cuando se juntan varios manantiales cercanos o la insurgencia de agua es muy cuantiosa, como sucede en Monreal, Caminreal, Fuentes Claras o El Poyo, aparecen los denominados “Ojos”.
A pesar de tratarse de manantiales naturales, casi todos han sido muy humanizados, pudiendo englobarse por estos motivos en la denominada arquitectura del agua.
También podemos incluir una serie de lagunas que se mantienen gracias a la existencia de manantiales y, sobre todo, por recoger el agua superficial de amplias cuencas: