Carnaval de Luco de Jiloca
Los carnavales de Luco de Jiloca fueron recuperados en el año 2003 por la Asociación Cultural Zarragones.
Por lo que respecta al carnaval de Luco de Jiloca, en sus momentos de mayor auge, según la información que hemos ido recopilando, además de existir muchos disfraces individuales y alguna parodia grotesca que montaban los grupos de amigos, éste se caracterizaba e identificaba con tres grupos de personajes que contaban con una participación masiva de los vecinos del pueblo y que lo hacían diferente a los demás.
Estos tres grupos de personajes grotescos que son los que nos impulsaron a intentar recuperar nuestro carnaval y que es nuestro deseo potenciar aún más de cara a futuras ediciones, manteniendo en todo momento la tradición y pureza de los mismos, son:
Zarragones
Estos son los personajes más importantes ya que, incluso, con este mismo nombre se identificaba en el pueblo y es nuestro deseo que así siga siendo, a la propia fiesta del carnaval.
Personajes grotescos y alegres cuyo significado simbólico en realidad se desconoce, por tratarse de una tradición que se pierde en el tiempo y que se mantenía viva pasando de generación en generación y, por lo tanto, no existe ningún dato escrito acerca de los mismos.
Se podría aventurar que, por su actitud alegre, así como por los bailes y piruetas rítmicas que realizan, podrían representar a la parte alegre de la vida en su conjunto, despreocupándose y olvidando por unos días los problemas que, de forma cotidiana, ésta plantea.
Su indumentaria tradicional consiste en cubrirse todo el cuerpo con telas de saco o bien de arpillera, exagerando incluso las formas mediante rellenos de paja. Por encima se colocan una chaqueta vieja y, entre la tela de saco y la chaqueta, mediante un relleno de paja o bien con un cojín, forman una gran chepa que deforma aún más su figura.
Mediante una cuerda atada alrededor de la cintura se colocan varios esquilos en su parte posterior. Por último, se tapan la cara con una careta grotesca y se cubren la cabeza con algún tipo de gorro.
Como complemento, van provistos de una tranca (palo largo acabado en varias puntas) en cuyo extremo se colocaba una piel de conejo untada con grasa de carro.
De esta guisa salían a la calle y con paso rítmico y continuo, con el fin de hacer sonar los esquilos de una forma muy peculiar, iniciaban la persecución de los chicos y mayores.
También era tradicional que, a su paso, en algunas casas del pueblo, fueran invitados a tomar un trago de vino mediante la tradicional bota o bien del porrón.
Diablos
Personajes totalmente antagónicos a los zarragones, puesto que si estos son alegres y grotescos, los diablos son tristes e incluso siniestros.
Tampoco existe ningún dato acerca de su origen y significado pero, al igual que en el caso de los zarragones, podríamos aventurar, por su actitud así como por su indumentaria, que podrían representar a la parte triste y oscura de la vida o bien, incluso, a la llegada de la próxima cuaresma con todo lo que, en la antigüedad, ello representaba en lo referente a oración, disciplina, ayunos, etc., escenificado mediante sus ropajes, de alguna forma, similares a los eclesiásticos, así como por el continuo uso de las grandes tijeras que portaban representando los recortes de libertades que se avecinaban.
Su indumentaria consiste en colocarse unas sayas negras viejas en su parte inferior y, en la superior, a forma de camisa o blusón, unas enaguas blancas. Se pintaban la cara totalmente de negro mediante tizones o de los restos que quedaban en la parte inferior de las sartenes y se cubrían la cabeza con una boina o gorro.
Para deformar aún más los rasgos faciales, se colocaban unos grandes dientes de patata postizos que los hacían, prácticamente, irreconocibles.
Por último, iban provistos de unas enormes tijeras de las que se utilizaban para esquilar las ovejas y el ganado, las cuales las iban abriendo y cerrando continuamente, produciendo un ruido característico y siniestro.
Era habitual que su salida se produjese de noche, recorriendo el pueblo e incluso entrando en las casas en las que había chicos pequeños, produciendo en estos un auténtico terror y generando reacciones muy curiosas en algunos casos, según todos hemos oído comentar a nuestros mayores.
Madamas
Las madamas son la versión femenina de los carnavales de Luco de Jiloca. Su participación consideramos que era únicamente con el fin de divertirse y participar en la fiesta, pues aunque disfrazadas y con la cara cubierta de alguna manera, las mujeres querían reivindicar sus derechos para olvidarse por unos días de los problemas que les ocasionaba la sociedad, totalmente machista, que existía en la antigüedad.
Estos personajes son los que más trabajo nos han dado para poder llegar a disponer de una información completa acerca de su actitud e indumentaria en el carnaval, debido a las muchas versiones diferentes que hemos recibido.
Finalmente hemos llegado a la conclusión de que, bajo este apartado, debemos incluir dos grupos diferentes, a saber:
- Un primer grupo de mujeres que podríamos llamar “del pueblo llano”, cuyo disfraz consistía en colocarse una silla pequeña encima de la cabeza y sobre ella se colocaban una colcha o tela grande que, a modo de túnica, les cubría la cabeza y todo su cuerpo.
- Un segundo grupo de mujeres, a las que podríamos llamar “de las casas pudientes del pueblo”, cuyo disfraz consistía en vestirse con trajes y adornos lo más llamativos y vistosos posibles, para de alguna forma aparentar y demostrar su poder y riqueza respecto al resto de mujeres del pueblo.
No podemos decantarnos, en base a la información de que disponemos, sobre cuál de los dos grupos puede considerarse como más tradicional y, por lo tanto, considerarlo como las “madamas” del carnaval, por lo que entendemos que, tanto el uno como el otro, deben ser recuperados y potenciados para futuras ediciones del carnaval.
Enlaces externos
Bibliografía
- A.C. Zarragones (2003): "Zarragones, diablos y madamas. Carnavales en Luco de Jiloca", en Cuadernos del Baile de San Roque, 16, pág. 9-24 Texto completo
- Negro Marco, Luis (2004): "Taleguillos y zarragones. Los carnavales en Epila y Luco de Jiloca", en Viajar, nº 35, pág. 47-53 Texto completo
- Chueca Yus, Vicente M. (2008): Las creencias en los paisajes de la Celtiberia. Daroca, Adir Iberkeltia. [Texto completo]
- "Carnavales de Luco de Jiloca", La magia de viajar por Aragón, 75 (enero-febrero 2013), pp. 54-57.