Etnomedicina, medicina popular

Etnomedicina, medicina popular / José Mª de Jaime

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“Maestro choven, médico viejo, cura de media edá y boticario cocho, baila con o tocho”. (Pedro Arnal Cavero: “Refranes, dichos, mazadas … del Pirineo y montaña oscense”, 253)

A mi padre y maestro, José de Jaime Gómez

 

 

1. Introducción

 

Antecedentes históricos

Repertorios paremiológicos con numerosos refranes medico-sanitarios

Con los nombres de etnomedicina, medicina popular, folkmedicina, antropología o sociología de la medicina y otra terminología similar utilizada desde hace tiempo, se pretenden incluir las prácticas populares relacionadas con la enfermedad, su origen, sus tipos, etc.

Conviene delimitar bien desde el principio la cuestión de la sinonimia porque, desde una óptica exclusivamente antropológica, en su esencia íntima, conocemos un único tipo de medicina. Es precisamente cuando surge la legislación cuando se empieza a distinguir la medicina oficial de la no oficial. A esta última es a la que aquí vamos a referirnos, si bien existen formas de medicina no oficial aparte de la medicina popular (acupuntura, homeopatía, etc.)

Aunque no estamos de acuerdo con la consideración de que toda medicina es científica por definición, estimamos que la ciencia a menudo se enriquece con métodos acientíficos y con resultados acientíficos. Y al contrario, numerosos métodos integrados durante siglos en la ciencia oficial, en un momento dado desaparecen o se limitan de forma radical técnicas. Caso de las sangrías, ventosas, medicamentos arsenicales o productos como el piramidón, etc.

Aceptando, además, la postura de Feyerabend en el sentido de que establecer una separación tajante entre ciencia y no ciencia no es bueno y acaba influyendo negativamente en el avance del conocimiento, tampoco nos parece aceptable que todo sirve en el progreso del saber. Con matices. Con los mismos matices que Gregorio Marañón, a su vez, recomendaba una medicina sin supersticiones científicas, clara, cordial, modesta. Antidogmática, diríamos nosotros.

Con estas premisas no puede delimitarse con precisión el área que corresponde a la etnomedicina. Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, la salud y la enfermedad, como todo en la vida, eran conceptos ligados al mundo sobrenatural. Así las causas de las enfermedades, sus remedios y los encargados de aplicarlos, están íntimamente relacionados con el mundo de los espíritus.

Vemos que, tempranamente, las sociedades humanas más primitivas empezaron a tener en brujos, druidas o sacerdotes los primeros encargados de curar. Hay quienes quieren ver ciencia en este tipo de medicina absolutamente empírica, una medicina que, sobre la base de la experiencia personal o de la experiencia de generaciones pasadas, construye una importante masa de conocimientos nada despreciable. Nosotros preferimos reservar el concepto de ciencia a las nuevas corrientes de pensamiento que surgen en Grecia a partir de la sexta centuria antes de Cristo, momento en el que una serie de filósofos empieza a plantearse por primera vez en la historia de la humanidad el porqué de las cosas que observa.

En cualquier caso, no hay duda que paulatina, y en algunos casos tempranamente, el fenómeno espiritual fue dando paso a la reflexión, a la crítica, al análisis. La ciencia y la medicina se hace más racional, sí, pero sin dejar de ser responsabilidad de una minoría intelectualmente más desarrollada. Durante el mundo clásico sus representantes más destacados alcanzarán la categoría de héroes, y aún de dioses. Es el caso del mismo Esculapio, como dios de la Medicina, o de sus hijos Macaón, Podalirio, Higea o Panacea.

Surgen a partir de entonces las grandes escuelas -Cnido, Cos, Elea, Pérgamo-, y los grandes médicos de la antigüedad, Hipócrates, Diocles, Herófilo, Erasistrato, Celso o Galeno. La medicina, la ciencia, empieza a refugiarse en santuarios del saber al que tienen vedado su acceso los profanos. Podemos decir que empieza ya la instauración de la ciencia oficial.

Pero, cuidado, estas minoritarias élites intelectuales apenas podían atender únicamente a las clases sociales más altas. La inmensa mayoría del pueblo, incluso en la propia Grecia, no tiene otra alternativa que seguir aferrada al viejo empirismo médico del mundo primitivo.

De esta forma empieza a tomar cuerpo en todas las sociedades un conocimiento popular, una forma de sabiduría práctica y sencilla, libre de especulaciones teóricas, fundada sobre dos grandes soportes:

– La tradición, que formulará una serie de criterios sobre la enfermedad y la forma de curarla basada en aspectos como:

  • El instinto, que condujo a veces a la Teoría de las Signaturas, según la cual la naturaleza indica detalles de las propiedades medicinales de muchos productos
  • La imitación de los animales
  • Otros como la observación, la experiencia, la casualidad o la superstición

–  Los progresos científicos que se han sucedido a lo largo de los siglos

Aún reconociendo, como vemos, que la ciencia oficial continuamente brinda su saber a la ciencia popular, según un viejo refrán “Los errores médicos de un siglo, constituyen la base de la medicina empírica del siguiente”, también ha sido y es considerable la aportación de la medicina popular a la oficial. Hay está en el Renacimiento el caso de Paracelso, quien, para combatir el galenismo no encontró otra ayuda que la medicina empírica teñida de espiritualismo y religiosidad que permanecía ampliamente extendida por toda Europa desde el mundo antiguo.

Repertorios paremiológicos con numerosos refranes medico-sanitarios

 

Factores que condicionan el desarrollo de la medicina popular

Los agrupamos en dos grandes bloques que muestran la relación de esta disciplina con otras áreas culturales, y que en el caso de Aragón muestran grandes semejanzas con comunidades vecinas, así como a veces curiosas diferencias dentro del propio Aragón.

  1. Factores humanos:
    • Bioantropológicos
    • Creenciales, de tipo mágico o religioso
    • Históricos: ni la ciencia ni la medicina tienen carácter estático, por eso las modificaciones, espontáneas o resultado de aculturaciones terapéuticas o creenciales, aconsejan analizar cronológicamente los datos
    • Económicos y sociales: hemos que visto en función del nivel económico se puede acceder a un tipo u otro de medicina
  2. Factores ambientales:
    • Geográficos: sin duda el ámbito comarcal es el más adecuado para este tipo de estudios
    • Naturalísticos: el comportamiento de los animales muestra a veces métodos terapéuticos de uso humano, y plantas o minerales siempre han suministrado gran cantidad de drogas medicinales

Hechas estas consideraciones que estimamos importantes, conviene no olvidar que a pesar de las diferencias y singularidades propias de cada territorio, la actitud del hombre ante hechos trascendentes como la salud o la enfermedad, la vida o la muerte, es muy parecida en todos los lugares de la tierra, en todas las épocas de la historia.

En efecto. Cuando en nuestras clases de Historia de la Farmacia, al concluir el periodo pretécnico que antecede al mundo clásico, analizamos la forma de curar que tienen hoy, en pleno siglo XXI y con un mundo globalizado por las comunicaciones, las diferentes culturas primitivas que todavía perviven en cuatro de nuestros cinco continentes, comprobamos con asombro que todas ellas responden a criterios muy similares a lo que conocemos de las viejas culturas primitivas que florecieron dos mil y tres mil años antes de Cristo, caso del Egipto de los faraones, Persia, Mesopotamia, India, China y otras civilizaciones orientales o precolombinas. Es decir, una mezcla de empirismo práctico y de espiritualidad.

Es más, haciendo abstracción de la aculturación experimentada por la civilización occidental que se ha trasladado al resto de lo que conocemos como mundo moderno, podemos decir que ante el fenómeno de la enfermedad y de la muerte, el hombre responde hoy de una forma muy similar a como lo hacía hace cinco mil años, lo mismo aquí en Daroca que en Manila o en el Congo.

Por eso, la mejor medicina frente actitudes racistas o frente a nacionalismos rancios, es comprobar lo poco que nos diferenciamos todos y lo poco que hemos cambiado a lo largo de milenios.

 

Procedimientos de curación

La actividad curativa en medicina popular se desarrolla por:

  • Simple presencia
  • Contacto más o menos estrecho con el enfermo, siendo máximo en aquellos casos de ingesta del remedio

Los remedios pueden ser de naturaleza:

  1. –  Inorgánica, procedentes del reino mineral
  2. –  Orgánica, procedentes de los reinos
    • Vegetal (la mayoría)
    • Animal, entre los que hay que incluir al hombre, que no suelen presentar carácter material, emanando la fuerza curativa del propio enfermo o de otra persona

Cuando intervienen personas diferentes del propio enfermo en la recuperación de la salud, estamos en el camino del curanderismo que, en Aragón, tradicionalmente se ha movido en el ámbito rural. Señalar que cuando aparecen las señales evidentes de sofisticada profesionalización que puede verse en importantes medios de comunicación, deja ya de pertenecer este curanderismo a lo que conocemos como medicina popular.

Los productos a su vez, pueden usarse tal como aparecen en la naturaleza o tras efectuar con ellos manipulaciones de diferente complejidad. Hablamos en este caso de farmacia popular.

Destacar en conjunto la importancia de la medicina popular aragonesa, basada sobre todo en las siguientes circunstancias:

  • Gran variedad geográfica y ambiental entre las comarcas
  • Aislamiento de muchas localidades tradicionalmente refractarias a novedades
  • Aportaciones de las diferentes culturas asentadas históricamente en su suelo
  • Histórica escasez de facultativos (médicos, cirujanos, farmacéuticos, veterinarios, etc.) en el mundo rural, o imposibilidad para pagar sus honorarios
  • Eficacia indudable de muchos recursos terapéuticos populares

El estudioso aragonés José Mª Palacín habla de los tres niveles que pueden alcanzar los conocimientos de medicina popular:

  • Nivel 1: figuran los remedios más conocidos, como tela de araña, grasa de gallina, manzanilla, etc., y es el tipo de información más frecuente
  • Nivel 2: productos mucho menos corrientes como grasa de culebra, sangre catamenial, orina, etc., ermitas curativas o preventivas, ciertas prácticas mágicas. Pocas personas dan a desconocidos esta información
  • Nivel 3: remedios y oraciones secretas donde la magia juega un papel fundamental. Es muy difícil que esta información salga jamás del círculo de los iniciados

Recordar aquí que, como cualquier otro trabajo científico, el investigador debe recorrer los tres pasos que caracterizan todo tipo de investigación:

  • Documentación
  • Trabajo de campo o de laboratorio
  • Elaboración del estudio

 

2. Fuentes para el estudio de la medicina popular en Aragón

1. Fuentes naturales

Dado que el hombre siempre ha recurrido para aliviar sus dolencias a los elementos que la naturaleza de proporciona en cada entorno, es muy conveniente el conocimiento del medio antes de proceder a la recogida de otro tipo de información

 

2. Fuentes orales

La recogida de datos deberá realizarse entre los habitantes del lugar objeto de estudio, especialmente sobre personas que sepamos se han dedicado o se dedican a efectuar prácticas curativas. Tras el intenso fenómeno migratorio a las ciudades, será en éstas donde habrá que realizarlas a veces.

Recordar que muchas intimidades etnológicas o folklóricas no pueden cosecharse en excursiones de fin de semana con la precisión y el acierto necesario para interpretarlas correctamente. A veces la base de la eficacia del remedio está, precisamente, en su carácter secreto, de forma que si se da a conocer pierde la virtud.

Por eso, viajeros, veraneantes, turistas y buscadores de exotismos locales, no suelen obtener buenos resultados nunca. Es necesario que el encuestador conozca el medio en el que desarrolla su trabajo, que inspire confianza y sea lo más indígena posible. Médicos, farmacéuticos, veterinarios, maestros o sacerdotes de la localidad suelen allanar notablemente el camino. No es cuestión visitas de fin de semana, sino de labor paciente, siempre programada de antemano.

Obras fundamentales con ponencias sobre Medicina popular de V. Martínez Tejero

Sobre las técnicas concretas hay infinitas modalidades: entrevistas con grabadoras y filmadoras, tomando notas, reteniendo en la memoria, encuestas con formularios cerrados o abiertos, etc. A más parafernalia menos espontaneidad, pero información mejor conservada y más fácil de estudiar luego. Se trata de obtener el máximo de información posible sobre todo lo relativo al binomio salud-enfermedad, sin olvidar conocer libros, manuscritos, estampas, etc. que puedan ser útiles para mejor conocer la persona que proporciona la información.

El citado Palacín lleva siempre en sus encuestas de campo un herbario de plantas medicinales para, al concluir la entrevista, mostrarlo al informador a fin de que identifique las plantas citadas con anterioridad, o para recordar otras con virtudes medicinales. También aconseja utilizar la técnica de entrevista dirigida, en la que el informador habla libremente pero sobre asuntos concretos a los que es dirigido suavemente durante la conversación.

En cuanto al tipo de informantes reconoce las siguientes variantes:

  • Residentes en el lugar de origen: destaca que siempre suele ser la anciana o “dueña” de la casa la que posee mayores conocimientos, lejos queda el marido o “dueño” y la “joven”, destinada en principio a ser educada en estos saberes por la “dueña”
  • Residentes con la familia fuera del lugar de origen, suele ser una fuente muy efectiva por la nostalgia que arrastra la conversación de la encuesta
  • Residentes en centros de ancianos
  • Pastores
  • Estudiantes a los que se encarga de hacer encuestas en el seno familiar
  • Curanderos, prácticamente desaparecidos y de escaso interés para el tema

De gran importancia es la posible existencia de lo que Palacín llama “Cuadernos de la casa”, en los que se anotaban los hechos y acontecimientos principales de la familia, en muchos de los cuales se guardaban colecciones de recetas culinarias, remedios medicinales u oraciones para curar enfermedades.

Culminado el trabajo de campo, el más laborioso con diferencia, viene el de gabinete para interpretar correctamente todos los materiales.

Obras fundamentales con ponencias sobre Medicina popular de J.M. Palacín Latorre

 

Fuentes escritas

A diferencia de lo que ocurre en las fuentes orales, en todo lo relativo al resto de fuentes del tipo de actas de eventos, libros, artículos, dibujos, fotografías, vídeos, etc., existen hoy bases de datos especializadas en etnología o antropología que conviene consultar en primer lugar, preferentemente contando con el apoyo de algún documentalista experto, también en Internet por medio de cualquiera de los buscadores o metabuscadores habituales.

Desde hace tiempo en Aragón contamos ya con estudios específicos dedicados a medicina popular, es el caso por ejemplo de:

–          Actas de las diferentes “Jornadas sobre el estado actual de los estudios sobre Aragón”, basándonos en algunas de ellas desarrollamos esta ponencia, especialmente las dedicadas a:

  • “La cultura popular aragonesa” (I)
  • “Flora y fauna aragonesa” (II)
  • “Bioantropología de la población aragonesa” (II)
  • “La sanidad en el medio rural aragonés” (III)
  • “Medicina popular en Aragón” (V)

–          Actas de las diferentes Jornadas sobre “Metodología de la investigación científica sobre fuentes aragonesas”, sobre todo:

  • “Las ermitas y sus funciones: fuentes para su estudio y metodología de trabajo” (V, 1989)
  • “La medicina popular: fuentes para su estudio y método de trabajo” (IX, 1993)

–           “Gran Enciclopedia Aragonesa”, con numerosas voces alusivas al tema

–          “Enciclopedia temática de Aragón”, con un volumen dedicado en exclusiva a etnología

–          Revistas especializadas de amplia trayectoria como:

  • “Temas de antropología aragonesa”
  • “Cuadernos de etnología del Baile San Roque”, e incluso la misma “Xiloca” editada también por el Centro de Estudios del Jiloca
  • Otras similares de comunidades autónomas vecinas, como “Cuadernos de Etnología de Navarra” o “Etnología de Guadalajara”

 

Importantes revistas de consulta para el conocimiento de la medicina popular

De carácter mucho más general ofrecemos otras posibilidades. Aquí destacar un detalle importante, la totalidad de los investigadores conocen perfectamente estas fuentes especificas, pero lo mejores hallazgos se encuentran al bucear en las obras generales. Cuesta mucho más, pero son siempre más rentables. Veamos algunas:

  • Bibliografías generales españolas (Palau Dulcet) o aragonesas (Latassa, Sánchez, Jiménez Catalán, Ruiz Lasala, etc.)
  • Bibliografías relacionadas con la historia de la ciencia, de la medicina, farmacia, veterinaria, agricultura, etc.
  • Bibliografías de la prensa general, hoy con importantes colecciones históricas de periódicos accesibles en la red
  • Bibliografías de prensa médica, farmacéutica y veterinaria donde se abordaba ampliamente el problema del intrusismo profesional
  • Prensa española no diaria de carácter general del tipo del “Semanario pintoresco español”, “Museo universal”, etc.
  • Obras de medicina, farmacia, veterinaria, botánica o agricultura anteriores al siglo XX, que a veces se ocupan de remedios populares
  • Obras decimonónicas generales del tipo del “Diccionario geográfico y estadístico” de Pascual Madoz
  • Fueros, ordenaciones y ordenanzas de pueblos y ciudades, o constituciones de obispados que a veces establecen normas de conducta a seguir ante sortilegios, adivinos, saludadores, ensalmadores o hechiceros
  • Archivos de colegios profesionales de médicos, farmacéuticos y veterinarios, desde donde se combatía también el intrusismo de curanderos y drogueros
  • Las topografías médicas características del siglo XIX solían hablar también de plantas medicinales o de aguas minero-medicinales
  • La obra de botánicos como Pío Font Quer, que recoge abundante información de otros autores farmacéuticos, médicos o botánicos
  • Numerosísimas revistas locales o comarcales recientes, pese a la modestia de muchas de ellas no son raras las que incluyen artículos etnomédicos del mayor interés
  • Referencias abundantes pero dispersas existen en la obra de muchos escritores importantes, desde Cervantes o Quevedo a nuestros Palmireno, Gracián, Braulio Foz, Costa o Sender
  • La “Encuesta promovida por la sección de Ciencias Morales y Políticas del Ateneo de Madrid” sobre costumbres populares (1901-1902)
  • Lunarios y calendarios antiguos, del tipo de los de Jerónimo Cortés o el de Victoriano Zaragozano
  • Colecciones de coplas, cantas, refranes y otras formas de literatura popular, como nuestros “Refranero Aragonés” o “Paremiología de las ciencias médicas”, este último con más de once mil refranes y dichos populares
  • Catálogos de santos y advocaciones marianas, pues cada pueblo suele tener su propia personalidad. En este aspecto la obra del P. Faci es del mayor interés, ya que hay santos especializados en la curación de todo tipo de enfermedades. En función del santoral representado en las imágenes de las iglesias o ermitas, podemos hacer un mapa de las enfermedades más prevalentes en cada sitio
  • Numerosos gozos, dances, procesiones, oraciones, despertadores e himnos de alabanza en honor a santos y advocaciones marianas recuerdan curaciones milagrosas. Un ejemplo los bailes procesionales en honor a San Roque o San Mamés en los pueblos del valle del Jiloca
  • El uso de cruces, medallas, cintas, pequeñas capas, etc. a las que se atribuían propiedades más o menos curativas sobre la base de la devoción popular. Ejemplos: la cinta de la Virgen del Pilar que puede comprarse en la basílica de Zaragoza o la reproducción en pequeño de la capa de San Roque en Calamocha

Importantes revistas de consulta para el conocimiento de la medicina popular

 

Otras fuentes

Desde dibujos, pinturas, fotografías, películas de cine o de vídeo, así como objetos etnográficos del tipo de amuletos, hierbas medicinales, envases de las mismas, etc. En este sentido destacan sobre todo las colecciones de vídeo de Eugenio Monesma “Pirinea”, ampliamente difundidos y conocidos.

 

3. Estado actual de los estudios de etnomedicina en Aragón

 

Desde que en 1982 se abordó esta cuestión en las V Jornadas sobre el estado actual de los Estudios sobre Aragón, hay que reconocer que se han producido avances importantes. No obstante vale la pena recordar el análisis que Martínez Tejero hace de los principales antecedentes:

  • X Congreso Internacional de Historia de la Medicina (Madrid, 1935), de las doce comunicaciones presentadas a la sección de “Folklore médico” sólo tres son españolas, ninguna sobre Aragón
  • El médico zaragozano Ricardo Royo Villanova inicia en 1936 con un artículo periodístico en la prensa profesional los estudios de etnomedicina en Aragón
  • Tras la guerra civil se editan en Zaragoza varios libros sobre el tema, el primero de ellos de José Mª Iribarren sobre Navarra pero con noticias aragonesas
  • Las obras del maestro Pedro Arnal Cavero sobre refranes y etnología aragonesa
  • Seminarios sobre etnomedicina realizados en la década de los años 70 y 80 desde la cátedra de Historia de la Medicina de Zaragoza, con trabajos de campo efectuados por los propios alumnos
  • Cursos monográficos de doctorado sobre bioantropología aragonesa, bajo la dirección del Seminario Universitario de Antropología Aragonesa en la década de los años 80
  • Diferentes Jornadas de estudios sobre folclore aragonés, las del Instituto Catalán de Antrolopología, la creación en la Universidad de Zaragoza del colectivo “Entabán” que en 1981 organizaba la I Semana de Etnomedicina centrada en exclusiva en la medicina popular aragonesa, las actividades del Seminario de Arqueología y Etnología del Colegio Universitario de Teruel, además de los trabajos desarrollados por los diversos centros de estudios aragoneses
  • El I Congreso de Aragón de Etnología y Antropología (Tarazona, 1979)
  • De enorme importancia resulta buena parte de la obra de autores como Antonio Beltrán Martínez, Rafael Andolz Canela, Julio Alvar, José María Campo, Enrique Satué, Ángel Gari, José María Palacín, Severino Pallaruelo, Herminio Lafoz, Carlos Franco, María Bobadilla, etc.
  • El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza y su “Boletín informativo” en el que a menudo se describen plantas medicinales aragonesas, además de su Museo en el que se exhiben interesantes materiales usados antaño para curar
  • Otros museos que atienden también a aspectos terapéuticos como los de Teruel, Sabiñánigo, Fraga, Zaragoza, Monreal del Campo, etc.
  • Las antiguas cátedras de Antropología de Madrid y Barcelona que poco a poco se extienden a otras universidades
  • Otras muchas fuentes documentales dispersas en forma de monografías o de artículos, diseminados por bibliotecas y revistas

 

4. Prospectiva

Lo mismo que ocurre con cualquier otro tipo de investigación, en los trabajos de medicina popular conviene lograra la mayor colaboración posible entre grupos o personas individuales interesadas en el tema.

La mayor riqueza de información que encierran las aldeas de montaña ha hecho que, lógicamente, el grado de conocimientos que hoy tenemos de medicina popular del Pirineo sea muy superior al del resto de Aragón. De todas formas, el mundo rural aragonés, especialmente el de la provincia de Teruel, sigue siendo un territorio muy poco explorado en el que sin duda quedan muchas noticias por rescatar. Sirvan como ejemplo los trabajos que Ángel Alcañiz dedicaba en la contraportada de XILOCA a los pueblos de la comarca. La preceptiva encuesta que desarrollaba pueblo a pueblo, siempre descubría curiosidades y noticias de indudable valor etnológico. Desde aquí el recuerdo al amigo y al investigador.

Como el dibujo y el equipo de vídeo no está al alcance de todos, por los conocimientos previos que precisa, la fotografía debe servir como auxiliar fundamental en todo tipo de trabajos de campo.

Estudios etnológicos publicados en las páginas de XILOCA y CUADERNOS DEL BAILE DE SAN ROQUE

 

Estudios sobre el medio natural

Debemos reconocer que el grado de conocimientos que tenemos hoy sobre la flora y la fauna aragonesa es más que aceptable, gracias sobre todo a los inventarios florísticos y faunísticos realizados por el Centro Pirenaico de Biología Experimental de Jaca, la Universidad de Zaragoza y del profesor Gonzalo Mateo Sanz especializado en la flora del Sistema Ibérico.

No tanto ha avanzado el conocimiento de las aguas de manantial, pues restan por difundir todavía las propiedades terapéuticas de las aguas de muchas fuentes olvidadas por nuestros pueblos y que, significativamente, llevan el nombre de la Salud, el Baño, etc.

 

Estudios sobre el medio humano

En los casi cuarenta años que trabajamos en estos campos, venimos oyendo consejos que destacan la importancia de recoger sobre todo la información que proporcionan las personas más mayores, ante el riesgo evidente de la desaparición definitiva de las fuentes orales. Pues bien, hace más de cien y de doscientos años se decía ya exactamente lo mismo. Lo cual no quiere decir que haya perdido vigencia la recomendación.

Los ancianos siguen siendo un venero importantísimo de información etnológica. Un ejemplo, hace un par de años dirigimos en nuestra Universidad un DEA dedicado a “Medicina popular en Meliana”, una pequeña de localidad dormitorio de la Huerta Norte de Valencia. El autor entrevistó a una cincuentena de personas en el hogar del pensionista del pueblo, muchas oriundas de La Mancha, pues  bien, entre otras cosas de interés, describía una enfermedad profesional de gran prevalencia allí popularmente conocida con el nombre de el polvo de Nolla, que padecían sobre todo trabajadores de la fábrica de cerámica de la familia Nolla. Con enorme naturalidad la gente comentaba: “Ha mort del polvo de Nolla”.

Sería deseable conseguir catálogos de recursos terapéuticos (remedios, aguas, oraciones, amuletos característicos, etc.) por comarcas, con el objeto de establecer comparaciones entre ellas o con las de regiones vecinas, si bien, como se ha dicho, no esperamos grandes variaciones fuera de las que proporciona el diferente grado de aculturación y del entorno ambiental de cada sitio.

 

Recopilación y estudio de datos escritos y de otras fuentes

Dado que una gran cantidad de prácticas médicas populares se han ido perdiendo paulatinamente, es necesario recoger y estudiar a fondo lo que sobre esta cuestión han recogido en sus obras los autores de todas las épocas. Obras que pueden ser de lo más variado, como hemos tenido ocasión de comprobar más atrás.

La realización de un análisis cronológico de las fuentes empleadas, permitirá luego abordar el estudio de la medicina popular en cada periodo histórico importante, apreciar su evolución, etc., tratando siempre que sea posible de realizar estudios a nivel comarcal.

 

Utilidad práctica de los estudios de medicina popular

Un conocimiento adecuado de nuestros remedios populares trae algunas consecuencias importantes que conviene valorar:

  • Permite conocernos mejor a nosotros mismos, ayuda a entender nuestro pasado y sirve asimismo de orientación cara al futuro
  • Ofrece a los profesionales de la sanidad, y de la enseñanza también, por qué no, que ejercen en cada territorio la posibilidad de entender mejor la personalidad de sus pacientes y alumnos, sus raíces intelectuales y culturales, lo que, sin duda, debe traducirse en una mejor atención sanitaria y educativa
  • En una etapa como la presente, caracterizada por la excesiva iatrogenia terapéutica y el alto coste de la asistencia farmacéutica, no vendría mal recuperar algunos de los remedios tradicionales, siempre eficaces, en el tratamiento de diversas dolencias. Por cierto, en la misma línea que vienen ensayando desde hace ya tiempo determinadas multinacionales farmacéuticas
  • Mejorar nuestra salud

 

A modo de conclusión

Nuestro compañero y amigo Ángel Alcañiz (q.e.p.d.) ha sido un magnífico ejemplo de eficacia y de sencillez en sus encuestas

En las Jornadas organizadas por la Universidad de Zaragoza hace unos años en Andorra (Teruel), con idea de hacer una especie de sondeo acerca de la posible repercusión que al cabo del tiempo han tenido las sucesivas Jornadas sobre el Estado actual de los estudios sobre Aragón y sobre Metodología de la investigación científica sobre fuentes aragonesas, presentábamos un par de comunicaciones que pretendían dar a conocer los trabajos realizados en el campo etnológico desde el Centro de Estudios del Jiloca, así como desde las modestas publicaciones periódicas que editaban diferentes localidades de la comarca del Jiloca, caso de “Azafrán”, “Gileta”, “El Pairón”, “Losilla”, “Oriche”, etc.

Al concluir la presentación nos preguntábamos en voz alta: “¿Podemos decir que ha muerto ya “José, el hombre de los Pirineos” que estudió Severino Pallaruelo?” Naturalmente, no nos referíamos al protagonista físico del libro, sino a la tipología que representa este tipo de informantes, como último eslabón entre una forma de vida que se extingue y la nueva que surge cada día. Para nosotros no hay la menor duda de que siempre han existido y siempre existirán hombres y mujeres como este “José del Pirineo”, al menos mientras la vida esté sometida a cambios y ritmos de vida nuevos. Tal vez nosotros mismos, seamos dentro de unos pocos años nuevos “Josés” objetos de la atención de jóvenes deseosos de conocer formas de vida que ya van caducando.

 

Bibliografía

Renunciamos a incluir aquí una relación de textos de consulta en relación con la etnomedicina, pues la lista sobrepasaría los límites marcados en esta comunicación. Remitimos a los interesados a las bibliografías citadas en los trabajos siguientes:

JAIME GÓMEZ, J. DE; JAIME LORÉN, J.M. DE (2001): Paremiología médica española. Más de once mil refranes de medicina, farmacia y veterinaria. Calamocha, 438 p.

MARTÍNEZ TEJERO, V. (1984): Estado actual de los estudios sobre medicina popular en Aragón. Estado actual de los estudios sobre Aragón. Actas de las V Jornadas celebradas en Zaragoza, del 15 al 18 de diciembre de 1982, 427-466. Zaragoza

PALACÍN LATORRE, J.M. (1994): La medicina popular: fuentes para su estudio y método de trabajo. Metodología de la investigación científica sobre fuentes aragonesas. Actas de las IX Jornadas, 361-418. Zaragoza, Instituto de Ciencias de la Educación

 

 


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